Biorresonancia
¿Se pueden generar Resonancias?
Cada órgano, glándula, centro nervioso, chacras, canales energéticos etc, etc, tienen su propia vibración y aún más de una y se repiten con igualdad para toda la escala de la misma especie. (Dentro de la misma especie, todos los cerebros vibran igual, los hígados, los riñones etc.) Los organismos complejos como el hombre, no tienen una vibración, sino infinidad y varias por cada órgano.
Hace más de 30 años, el ingeniero Paul Schmidt creó un generador de frecuencias o resonador– (un aparato capaz de medir y producir frecuencias biológicas) - y determinó el espectro de resonancia del organismo humano mediante la ayuda de varias técnicas analíticas. Así también los organismos vivos, desde los virus a las formas mas complejas obedecen esa regla.
Esto se realizó examinando diferentes personas con enfermedades idénticas. Estos estudios demostraron que personas con dolencias idénticas también necesitaban las mismas frecuencias de resonancia.
El generador de frecuencias o resonador genera un círculo de vibraciones y trabaja sin corriente como un sistema de antenas. Según su ajuste, se producen vibraciones específicas que permiten conocer el estado energético del paciente u objeto a medir o a tratar. La característica de la resonancia es que sólo existe en tanto el transmisor de resonancia oscila.
El efecto o acción de resonancia debe ser estimular la autorregulación del cuerpo hasta que la vibración base del órgano vuelva a predominar. Con la ayuda del generador de frecuencias o resonador las vibraciones biodinámicas pueden ser corregidas y la falta puede ser suplida.
Durante la armonización con nuestros aparatos generadores de frecuencias biológicas armónicas, no hay problema alguno para el organismo. Si le introduce una frecuencia biológica o armónica no requerida, el organismo no lo percibe dado que la misma no puede generar resonancia ya que falta el "correspondiente diapasón". Pero si la tomara, las vibraciones armónicas no hacen daño y tampoco hay sobredosis porque el “organismo toma lo que necesita”.La intensidad de vibración que el resonador emite según nuestros conocimientos es inofensiva. No es posible sufrir una sobredosis; un a frecuencia mal elegida no lleva a la resonancia y por ende es inefectiva. El organismo recibe solamente las frecuencias que necesita en la forma ofrecida y descarta o no recibe las energías que no necesita y dispone de una función de protección que actúa en el caso de una sobrecarga y que evita que se siga recibiendo más energía.
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